Estados Unidos se ha sumado este miércoles a Italia y pedirá a los pasajeros provenientes de China un test negativo de COVID-19 o una prueba de antígenos en los dos días previos a volar ante la relajación de las restricciones y el aumento de casos positivos en el país asiático.
La medida se aplicará a partir del 5 de enero tanto a los pasajeros que vuelen directamente a Estados Unidos desde China, Hong Kong o Macao como a los pasajeros que vuelen a través de enlace con terceros países, incluidos Seúl, Toronto y Vancouver.
Los funcionarios federales de salud han justificado la medida, que ha sido notificada con antelación a las aerolíneas, ante la falta de transparencia en los positivos y en las cadenas de transmisión en China.
Ante esta situación algunos países, como Italia y Japón o Malasia, ya han comenzado a exigir test de COVID-19 a ciudadanos chinos para ingresar en sus territorios. De hecho, el Ministerio de Sanidad italiano someterá a un test a todos los pasajeros que lleguen de China.
Por su parte, el Presidente francés, Emmanuel Macron, ha pedido al Gobierno chino que tome “las medidas adecuadas para proteger a los franceses” tanto a nivel nacional como europeo ante el aumento de positivos en el país.