El gobierno de Estados Unidos estudia imponer un arancel del 21% a los tomates importados desde México, lo que podría afectar fuertemente al campo mexicano este verano. El Departamento de Comercio advirtió que podría retirarse del acuerdo comercial de 2019, que hasta ahora había evitado este tipo de sanciones.
La decisión responde a que productores estadounidenses, especialmente en Florida, acusan que el tomate mexicano se vende a precios tan bajos que hace imposible competir en igualdad de condiciones. La medida incluiría una “orden antidumping” que se haría efectiva el 14 de julio, en un intento por “garantizar condiciones justas” para los agricultores locales, según la comunicación oficial.
Durante la presidencia anterior de Donald Trump ya se había negociado una solución provisional, pero su vigencia siempre dependió del cumplimiento de estándares de calidad y precios mínimos. Ahora, ante la intención de Trump de volver a endurecer la política comercial, los productores mexicanos podrían perder su principal mercado: el de Estados Unidos.
México es el mayor proveedor de frutas y verduras para el mercado estadounidense. Si el arancel entra en vigor, los más afectados serían los consumidores en EUA, quienes pagarían más por productos frescos y alimentos preparados.
Especialistas advierten que esta medida puede volverse en contra del propio gobierno estadounidense, ya que encarecería el costo de vida y podría incluso empujar a la economía hacia una recesión si se amplía a otros productos.
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