En una decisión sin precedentes, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha dado un giro estratégico al expropiar la planta generadora de hidrógeno U-3400 en Tula, Hidalgo. Ahora, en manos de Pemex Transformación Industrial, la planta se erige como pieza clave para el florecimiento del sector energético nacional.
En el reciente decreto, publicado con solemnidad en el Diario Oficial de la Federación (DOF), se destaca que esta planta es “apropiada e idónea para el desarrollo del sector energético nacional”. La visión presidencial apunta a que la instalación se empleará para la producción de gasolinas y diésel, contribuyendo así a fortalecer la soberanía energética del país.
“La recuperación de la Planta de Hidrógeno U-3400, ubicada estratégicamente dentro de la refinería Miguel Hidalgo, no solo mejorará los márgenes de refinación de Pemex Transformación Industrial, sino que también será un hito para la autonomía energética nacional”, destaca la publicación oficial.
Cabe destacar que la planta, inicialmente adquirida por la empresa francesa Air Liquide en 2017, tenía como objetivo suministrar hidrógeno a Pemex para optimizar los costos de producción y expandir sus operaciones de manera gradual.
Sin embargo, el decreto emitido el 29 de diciembre señala que la cuota actual por este servicio “encarece los costos de suministro de hidrógeno a bajos niveles de proceso de crudo”. Ante esta situación, Air Liquide tiene ahora un plazo de 10 días hábiles para iniciar un procedimiento judicial orientado a impugnar la indemnización propuesta.
“Pemex Transformación Industrial ha llevado a cabo un esfuerzo significativo para consolidar el equipamiento y la infraestructura necesaria, especialmente en el Sistema Nacional de Refinación”, subraya el decreto, resaltando el compromiso de la entidad con el desarrollo de sus actividades.
En la actualidad, el hidrógeno desempeña un papel fundamental en la refinación de petróleo, así como en la producción de amoníaco, metano y acero. Según las proyecciones del gobierno federal, la demanda de hidrógeno a gran escala en las refinerías aumentará a medida que se intensifiquen las regulaciones sobre el contenido de azufre en los productos petrolíferos. Este giro estratégico, marcado por la expropiación, redefine el panorama energético de México hacia un futuro promisorio y autosuficiente.