El domingo 12 de noviembre, a las 23:15 h, hora de Salt Lake City, nos despedimos de una figura imponente, el presidente M. Russell Ballard, un incansable servidor de Jesucristo y líder ejemplar de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. A sus 95 años, rodeado de seres queridos en su hogar, dejó un legado de 47 años de dedicación como líder general de la Iglesia, siendo la autoridad con más años de servicio al momento de su fallecimiento.
UN HOMBRE DE FIRMEZA Y CALIDEZ, PRESIDENTE BALLARD DEJA UN VACÍO INSUSTITUIBLE
El presidente Ballard, testigo fiel de Jesucristo, esposo devoto y amado padre, nunca dudó en su compromiso. En palabras del presidente Russell M. Nelson, “Él sabía exactamente lo que el Señor enseñaba y cómo podía aplicarse en la vida personal y traer gozo y felicidad”. Su calidez y confianza, como destacó el presidente Dallin H. Oaks, lo convirtieron en un hombre en quien se podía confiar.
EL LEGADO DE UN HOMBRE COMÚN QUE HIZO COSAS EXTRAORDINARIAS
Nacido el 8 de octubre de 1928, el presidente Ballard provenía de un linaje excepcional en la Iglesia. Nieto del apóstol Melvin J. Ballard y descendiente de líderes prominentes, llevó consigo la influencia de una sólida herencia Santo de los Últimos Días. A lo largo de su vida, nunca se consideró extraordinario, pero su impulso constante de “hacer algo” lo llevó a lograr mucho, desde liderar empresas hasta servir a nivel mundial como Apóstol y líder de la Iglesia.
UN AMOR INQUEBRANTABLE POR SU FAMILIA Y LA OBRA MISIONAL
El presidente Ballard, casado con la “hermosa rubia de ojos azules” Barbara Bowen, dejó un impacto profundo en su familia. Atribuyó el éxito de su matrimonio y relaciones familiares a su esposa, a quien describió como una de las personas más cristianas y amorosas que jamás haya conocido. Su enfoque compasivo y entrevistas regulares con sus hijos evidencian un liderazgo arraigado en valores familiares sólidos.
Además, la obra misional ocupó un lugar central en su corazón. En palabras suyas, “La promesa de ver la luz del evangelio convertir a las personas de la oscuridad espiritual es una de las experiencias más hermosas de la vida”. Su servicio misional en las Islas Británicas y su papel en la creación de “Predicad Mi Evangelio” destacan su compromiso inquebrantable con llevar el mensaje restaurado a todos los rincones de la tierra.
DE HOMBRE DE NEGOCIOS A LÍDER RELIGIOSO EJEMPLAR
Antes de su servicio a tiempo completo en la Iglesia, el presidente Ballard estuvo involucrado en diversos negocios, desde automoción hasta bienes raíces. Estas experiencias, aunque con éxitos y fracasos, le brindaron empatía y comprensión. Como hombre de negocios emérito, aconsejaba mantener los asuntos financieros en orden, pero siempre estar dispuestos a aceptar un llamamiento de la Iglesia.
UN LÍDER COMPASIVO EN MEDIO DE LA ADVERSIDAD
Durante su servicio en la Presidencia de los Setenta, el presidente Ballard mostró su compasión en situaciones difíciles. Su viaje a Etiopía en 1985, donde evaluó la distribución de fondos para ayudar a los afectados por la sequía, fue una experiencia transformadora. Esta vivencia lo marcó profundamente, dando forma a su enfoque compasivo, amoroso y gentil en su ministerio posterior.
El presidente M. Russell Ballard deja un legado imborrable como un líder extraordinario, esposo ejemplar y padre amoroso. Su vida ha sido una manifestación de fe, dedicación y servicio abnegado a Dios y a sus semejantes. En este momento de despedida, recordamos con gratitud y reverencia el impacto eterno de su vida y obra.