Los restos mortales de Isabel II ya se encuentran en el londinense palacio de Buckingham, donde el féretro pasará la noche antes de ser trasladado a Westminster, lugar en el que se situará la capilla ardiente hasta el próximo lunes, cuando se celebrará el funeral.
Una aeronave C-17 Globemaster, usada recientemente en misiones de ayuda a Ucrania, se posó en la base militar de Northolt a las 18H54 (17H54 GMT), transportando en su interior el féretro cubierto con el estandarte real y una corona de flores.
Horas antes, ocho portadores sacaron el ataúd bajo las miradas de emoción de una multitud reunida a las puertas de la catedral de Saint Giles de Edimburgo, donde permaneció en una capilla ardiente desde el lunes por la tarde.
La única hija de la reina, la princesa Ana de 72 años, acompañó el último viaje de Isabel II, cuyos restos mortales reposarán durante la noche en el Palacio de Buckingham rodeados por los miembros de la familia real, encabezados por el nuevo monarca, Carlos III.
Mientras el país, aún conmocionado, se despide de su madre, el rey de 73 años se asienta en el trono y la jefatura de Estado que su madre ocupó durante siete décadas convirtiéndose en símbolo de unión y estabilidad.
El rey Carlos III viajará de camino a la capital británica tras visitar Irlanda del Norte en el marco de una gira que le llevará estos días por las cuatro naciones que conforman el Reino Unido (Escocia, Gales, Irlanda del Norte e Inglaterra). El monarca ha visitado Belfast junto con la reina consorte, y ha mantenido encuentros con el ministro británico para Irlanda del Norte, Chris Heaton-Harris, con representantes religiosos y de los principales partidos locales, en un momento clave por el avance de las posiciones secesionistas tras el Brexit. “Estoy resuelto a buscar el bienestar de todos los habitantes de Irlanda del Norte”, ha dicho el rey en el castillo de Hillsborough ante representantes de la región.