Ferrari registró una patente para un sistema de protección frontal que busca reducir daños comunes en autos deportivos al enfrentar reductores de velocidad o bordillos.
El mecanismo se basa en sensores y cámaras instalados en la parte frontal y lateral del vehículo, los cuales escanean el terreno y, en caso de riesgo de impacto, activan un frenado automático de emergencia. De esta manera, se evita que la carrocería baja de los deportivos entre en contacto con obstáculos urbanos.
A diferencia de otras marcas que optan por elevar la suspensión, la propuesta de Ferrari actúa de manera preventiva y sin intervención del conductor, deteniendo el automóvil antes del golpe.
Aunque no se ha confirmado en qué modelo se estrenará, se prevé que esta innovación se incorpore en futuros vehículos eléctricos de la marca, como parte de su estrategia de combinar rendimiento con soluciones tecnológicas que protejan la inversión de sus clientes.
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