La industria del cine de género vuelve a sorprender con Good Boy, la primera película de terror narrada desde la perspectiva de un perro.
La historia comienza cuando Todd se muda a una casa rural junto a su leal compañero, Indy, un cachorro que muy pronto detecta la presencia de fuerzas sobrenaturales que amenazan a su dueño.
Desde esta óptica canina, la cinta explora cómo “el perrete se percata de cómo las fuerzas sobrenaturales amenazan a su compañero humano, por lo que el valiente cachorro deberá luchar por proteger a quien más quiere”.
Dirigida por Ben Leonberg —en su ópera prima— y escrita por él y Alex Cannon, la propuesta se distingue por ofrecer una narrativa original y emocionalmente intensa.
La crítica ha respondido muy favorablemente: alcanza un impresionante 95 % de aprobación en Rotten Tomatoes, con unas veinte reseñas que destacan, entre otras cosas, su capacidad para trascender el recurso original y convertirse en una de las películas más sólidas del año.
Good Boy se presenta como una experiencia de terror novedosa y conmovedora, donde el vínculo humano-animal y el suspenso sobrenatural convergen de forma extraordinaria.