La organización ambientalista Greenpeace ha lanzado una advertencia urgente sobre la “otra cara” de la Navidad, señalando el impacto negativo que el consumo desmedido tiene sobre el planeta. Durante el mes de diciembre, la generación de basura en las zonas urbanas se incrementa hasta en un 30 %, impulsada principalmente por el uso de empaques, plásticos de un solo uso y envolturas de regalos que saturan los sistemas de gestión de residuos. Esta cifra, sumada al alto consumo de energía para iluminaciones festivas, coloca una presión extraordinaria sobre los ecosistemas en un momento crítico para la lucha contra el cambio climático.
Uno de los puntos más alarmantes destacados por los expertos es el desperdicio de alimentos. Se estima que solo en México se desechan millones de toneladas de comida durante las cenas de Navidad y Año Nuevo, lo que representa no solo una crisis ética ante la inseguridad alimentaria, sino también un desperdicio masivo de recursos como agua y tierra cultivable. Aunado a esto, la calidad del aire en las grandes metrópolis tiende a deteriorarse gravemente durante estas fechas debido a la inversión térmica, el aumento del tráfico vehicular y el uso de pirotecnia, lo que eleva las concentraciones de partículas suspendidas dañinas para la salud respiratoria.
Ante este escenario, Greenpeace y diversas autoridades ambientales instan a la población a adoptar un modelo de Navidad Sostenible. Entre las recomendaciones principales se encuentran la planificación responsable de las cenas para evitar el desperdicio, la reutilización de materiales decorativos y la eliminación del uso de fuegos artificiales. El llamado busca transformar las tradiciones hacia prácticas más conscientes, recordando que la celebración de hoy no debe comprometer los recursos naturales del mañana, promoviendo una cultura de consumo responsable que mitigue la huella ecológica de las fiestas.
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