Hace tres décadas, René Higuita realizó la jugada que marcó un antes y un después en el fútbol mundial. Fue el 6 de septiembre de 1995 en Wembley, durante un amistoso entre Inglaterra y Colombia, cuando el arquero colombiano inmortalizó el “escorpión”.
La idea había nacido años antes, mientras filmaba un anuncio de televisión con unos niños. Uno de ellos intentó una chilena y, en un acto instintivo, Higuita respondió con un movimiento acrobático que más tarde convertiría en parte de sus entrenamientos.
En Londres, un disparo desviado de Jamie Redknapp cayó sobre el portero, que se lanzó hacia adelante y levantó los talones como la cola de un escorpión. “Era el balón perfecto”, recuerda Higuita en su documental de Netflix *Higuita: El Camino del Escorpión*.
El gesto desconcertó a narradores y espectadores. Martin Tyler, comentarista de Sky Sports, admitió que creyó que la jugada había sido invalidada. En las gradas, primero reinó el silencio y después la mezcla de risas y aplausos.
Aunque el partido terminó sin goles, la jugada quedó inscrita en la memoria colectiva. Incluso rivales como Steve Howey reconocieron que, tratándose de Higuita, nada era imposible. Con 43 goles en su carrera y un estilo que desafió las reglas, el portero consolidó con esa acción su legado en el fútbol mundial.
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