En 1968, el magno evento multideportivo internacional llegó a México, y Veracruz fue una de las ciudades que recibió la flama olímpica. Para conmemorar este hecho, se construyó una hermosa plazoleta y un pebetero olímpico, que han quedado como símbolo del paso del fuego olímpico por la ciudad.
El pebetero olímpico en Veracruz fue encendido por primera vez en el estadio Luis ‘Pirata’ Fuente, durante una ceremonia que atrajo la atención de numerosos aficionados y ciudadanos. Este evento fue un momento significativo, ya que el fuego olímpico es uno de los símbolos más icónicos de los Juegos Olímpicos, representando paz, unidad y la competencia deportiva.
Posteriormente, la antorcha se trasladó al Monumento a la Patria, un lugar emblemático donde se construyó una réplica de un brasero mexica de cerámica. Este brasero se erige como un recordatorio de la herencia cultural de México y su participación en el movimiento olímpico.
En 2018, durante la conmemoración del 50 aniversario de los Juegos Olímpicos de 1968, el Fuego Conmemorativo realizó una travesía desde Cuba hasta Veracruz, emulando el recorrido original de la antorcha olímpica. Este evento contó con la participación de destacados atletas y personalidades, y sirvió para recordar y celebrar el legado de los Juegos Olímpicos en México.
El pebetero y la plazoleta en Veracruz no solo son un recordatorio de los Juegos Olímpicos de 1968, sino que también han sido escenario de numerosos eventos y ceremonias a lo largo de los años. Este lugar sigue siendo un punto de encuentro para los ciudadanos y un símbolo de orgullo para la comunidad local.
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