Tras renunciar al PAN para unirse a Morena, el ex Gobernador de Chihuahua, Javier Corral, fue salvado por el Gobierno morenista de la Ciudad de México de la ejecución de una orden de aprehensión girada por la Administración panista de Chihuahua.
Corral, quien se perfila para ocupar la Agencia Anticorrupción en el Gobierno de Claudia Sheinbaum, es acusado por el Gobierno de Chihuahua de peculado, enriquecimiento ilícito y defraudación fiscal.
Corral no fue detenido gracias a la intervención del encargado de despacho de la Fiscalía de CDMX, Ulises Lara, quien arribo al restaurante Gin Gin de la Colonia Roma, donde el ex Gobernador había sido interceptado por agentes ministeriales de Chihuahua.
“Decidimos no colaborar, soy el Fiscal de Justicia de la Ciudad de México. Ustedes nos ingresaron este documento hoy, lo dimos por recibido, pero no hemos recibido”, expresó Lara.
El encargado de la Fiscalía sacó a Corral del restaurante entre empujones y lo subió a una camioneta para llevárselo, lo que según el Gobierno de Chihuahua implica un delito, al obstruir la acción de la justicia.
En julio pasado Corral fue notificado por la Secretaría de la Función Pública estatal de un procedimiento en su contra por presunto enriquecimiento ilícito y defraudación fiscal por la compra de un terreno en Juárez.
Para algunos analistas políticos, la orden de aprehensión de Corral es un caso más de persecución política a través del uso de instituciones, como ocurre en Nuevo León con la Ficalía de Justicia y el Poder Judicial del Estado, controlados por el PRIAN, contra funcionarios emecistas.