La Fórmula 1 necesita evolucionar y ajustar el famoso Gran Premio de Mónaco para evitar carreras monótonas como la del pasado domingo. A pesar de la emocionante victoria en casa del piloto de Ferrari, Charles Leclerc, el evento fue mayormente tedioso, salvo por la colisión inicial entre Sergio Pérez y los pilotos de Haas, que suspendió brevemente la carrera.
La bandera roja permitió a los pilotos cambiar neumáticos antes del reinicio, lo que resultó en que la mayoría no necesitara volver a boxes. Por primera vez en la historia del campeonato, los diez primeros lugares terminaron exactamente en las posiciones en las que empezaron.
“Fue una carrera muy estática”, comentó Christian Horner, jefe de Red Bull. “El top diez terminó como empezó, la bandera roja prácticamente acabó con la carrera. Necesitamos analizar esto colectivamente porque no es una carrera real cuando no hay oportunidades de adelantamiento. Mónaco es un lugar increíble para competir, pero los coches son tan grandes ahora que necesitamos buscar soluciones para mejorar el espectáculo”.
Red Bull enfrentó dificultades durante toda la semana en Mónaco, con Max Verstappen terminando sexto, su peor resultado desde el Gran Premio de Sao Paulo de 2022. Red Bull ha fallado en ganar dos de las últimas tres carreras, con Lando Norris de McLaren llevándose la victoria en el Gran Premio de Miami a principios de mayo.
A pesar de estos desafíos, Horner minimizó las preocupaciones sobre la apertura del campeonato. Leclerc se ha acercado a 31 puntos de Verstappen, y Red Bull lidera a Ferrari por 24 puntos, márgenes más estrechos de lo habitual en los últimos tiempos.
“Queda un largo camino por recorrer y nunca damos nada por sentado en el campeonato”, subrayó Horner. “Esta carrera se gana un sábado, y tuvimos un mal día ayer. Tenemos muchos datos para analizar y mejorar en las próximas carreras”.