La construcción del Estadio Azteca, que luego se convertiría en la sede de la inauguración de la Copa del Mundo 2026, no fue inicialmente parte de los planes de Emilio Azcárraga Milmo y sus socios. Un error en la compra del terreno los llevó a construir un coloso de 50 metros de altura, casi llevándolos a la bancarrota.
En la década de 1960, Emilio Azcárraga, conocido como El Tigre, tenía en mente un estadio de 100 mil personas, pero su visión era subterránea. Sin embargo, al no realizar un estudio de mecánica de suelos, se encontraron con la dificultad de la alta presencia de aguas lodosas a poca profundidad en la Ciudad de México, lo que los llevó a construir hacia arriba en lugar de hacia abajo.
El detonante fue un torneo Panamericano en 1956 que dejó a miles de personas sin boletos en el Estadio Olímpico de CU. Viendo el potencial de negocio, Azcárraga y Guillermo Cañedo, también presidente de la FMF, decidieron construir un estadio para 100 mil espectadores, en preparación para el Mundial de México 1970.
Con un diseño capaz de albergar a 100 mil personas y una altura de 50 metros, el Estadio Azteca se convirtió en un ícono internacional. Desde la época de Pelé y Maradona hasta el presente, ha sido testigo de momentos históricos del fútbol. En el 2026, será el primer estadio en ser sede de la inauguración de tres Mundiales de Fútbol.