El asteroide Bennu ha estado bajo escrutinio recientemente debido a su clasificación como “potencialmente peligroso” debido a su tamaño y órbita que se cruza con la de la Tierra. Sin embargo, las probabilidades de un impacto son muy bajas, alrededor de una entre 1.800.
En caso de un impacto hipotético en 2182, el daño dependería de la velocidad y la masa del asteroide. Bennu tiene un diámetro de 490 metros, una masa de 74,000,000 de toneladas y una velocidad estimada de 12.7 kilómetros por segundo, lo que resultaría en la liberación de 1,421 megatones de energía, 28 veces más que la Tsar Bomba, la mayor bomba nuclear humana.
Misiones como OSIRIS-Rex han sido cruciales para comprender mejor asteroides como Bennu. OSIRIS-Rex recogió muestras de la superficie de Bennu y está programado para enviarlas de regreso a la Tierra este domingo. Además, la NASA extenderá la misión de la sonda para que visite otro asteroide, Apophis, una vez considerado peligroso para la Tierra.
Estas misiones no solo ayudan a prevenir posibles impactos, sino que también son fundamentales para comprender el sistema solar y nuestro planeta.