En el próximo mes, la princesa Charlène de Mónaco tiene programado regresar a Sudáfrica junto a su esposo, el príncipe Alberto, dos años después de enfrentar una seria infección en los oídos, garganta y nariz que afectó su salud. Su motivo para el regreso es su participación en el evento inaugural del Desafío Water Bike de la Fundación Princesa Charlène de Mónaco en Sun City, Sudáfrica. Este desafío deportivo tiene como objetivo crear conciencia sobre la importancia de aprender a nadar, una educación clave para prevenir ahogamientos en Sudáfrica.
Chantell Wittstock, cuñada de Charlène y líder de la rama sudafricana de la fundación, expresó en un comunicado de prensa: “El evento refleja nuestro compromiso de salvar vidas e inculcar una cultura de seguridad en el agua en nuestras comunidades. Nos sentimos profundamente honrados de contar con Sus Altezas Serenas, el Príncipe Alberto y la Princesa Charlène de Mónaco, en este evento para respaldar la causa de la Fundación”.
El comunicado también señala: “Promete ser un día memorable, marcado por una emocionante competición, la presencia de algunas celebridades y recaudación de fondos para apoyar los destacados proyectos de la Fundación”.
Esta visita marcará el primer viaje de la princesa Charlène a Sudáfrica desde que enfrentó una grave infección ORL en marzo de 2021. Las complicaciones de salud la apartaron de su rol de princesa durante más de un año y la llevaron a someterse a tres intervenciones quirúrgicas que finalmente le permitieron regresar a Mónaco. Aunque continuó lidiando con ciertos problemas médicos, decidió ingresar en una clínica en Suiza, donde pasó tres meses. Su esposo, el príncipe Alberto, aclaró en una entrevista con la revista ‘People’: “Quiero aclarar que esto no es COVID, no está relacionado con el cáncer y, para poner fin a más especulaciones, no está relacionado con cirugía estética ni con cambios en su rostro”. Este regreso a Sudáfrica refleja el carácter altruista y decidido de la princesa, así como su compromiso con el país.