El rapero estadounidense Lil Uzi Vert, famoso por sus extravagancias como el diamante incrustado en su frente, ha vuelto a romper el internet con una afirmación astronómica: asegura estar en proceso de “comprar” un exoplaneta. El artista señaló específicamente a WASP-127b, un gigante gaseoso ubicado a cientos de años luz de la Tierra, como su futura propiedad. A través de sus redes sociales, el músico incluso solicitó a sus seguidores sugerencias para renombrar este mundo distante, desatando una oleada de memes y un debate global sobre los límites de la riqueza y la propiedad privada en el cosmos.
Sin embargo, el entusiasmo de los fans se topó de frente con la realidad científica y legal. La NASA y expertos en derecho espacial aclararon rápidamente que tal transacción es jurídicamente inviable. Según el Tratado sobre el Espacio Ultraterrestre de 1967, del cual son parte las principales potencias mundiales, ningún individuo, corporación o nación puede reclamar soberanía o propiedad privada sobre cuerpos celestes. El espacio es considerado un “patrimonio común de la humanidad”, lo que impide que estrellas, planetas o exoplanetas entren en el mercado inmobiliario, sin importar la fortuna que se ofrezca por ellos.
WASP-127b es un objeto de estudio fascinante para la astronomía debido a su baja densidad y atmósfera inflada, pero para Lil Uzi Vert seguirá siendo, al igual que para el resto del mundo, un destino inalcanzable. Aunque existen sitios web que ofrecen “certificados de propiedad” de estrellas o terrenos lunares, las autoridades espaciales recalcan que estos documentos carecen de validez legal y son meros artículos de regalo. Así, el intento del rapero queda como una anécdota viral de finales de 2025 que subraya la curiosidad humana por el universo, aunque legalmente nadie pueda ponerle una escritura a las estrellas.
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