En el arranque del nuevo año de la NFL, los Las Vegas Raiders tomaron decisiones significativas al cortar al quarterback Jimmy Garoppolo y al ex receptor Hunter Renfrow. Esta medida, liderada por el gerente general Tom Telesco y el head coach Antonio Pierce, se traduce en un ahorro de más de 19 millones de dólares en espacio bajo el tope salarial.
Garoppolo, quien firmó un contrato de tres años y 72.75 millones de dólares con los Raiders el año pasado, se vio afectado por una suspensión de dos partidos impuesta por la NFL debido a una violación de la política de sustancias para mejorar el rendimiento. Esta situación, relacionada con el uso de un medicamento prescrito sin la validación adecuada, llevó a la rescisión de su salario base garantizado para la temporada 2024.
A pesar de su disponibilidad para firmar con otro equipo, Garoppolo no apelará la suspensión y deberá permanecer inactivo durante los dos primeros encuentros de la próxima temporada. Su paso por los Raiders estuvo marcado por lesiones y un rendimiento por debajo de las expectativas, lo que resultó en su relegación al banquillo en favor de un novato.
Por otro lado, Renfrow, quien tuvo un inicio prometedor en su carrera con los Raiders, también fue liberado. Aunque mostró destellos de talento en temporadas anteriores, su desempeño reciente no alcanzó los estándares del equipo, lo que condujo a su salida.
Además de estas bajas, los Raiders también anunciaron la salida de otros jugadores, incluyendo al quarterback Brian Hoyer y al liniero defensivo Jerry Tillery.