En una ceremonia previa a la entrega de los Premios Princesa de Asturias en el Teatro Campoamor de Oviedo, la actriz estadounidense Meryl Streep recibió la insignia como ganadora del Premio Princesa de Asturias de las Artes. La princesa Leonor de España, heredera al trono, otorgó la insignia tanto a Streep como a otros galardonados, incluyendo al escritor japonés Haruki Murakami y al atleta keniano Eliud Kipchoge.
Durante la ceremonia, Streep abordó la importancia del “don de la empatía” en un mundo que se vuelve “cada vez más hostil y volátil”. Subrayó que esta habilidad es esencial para conectarse con los personajes que interpreta y para comprender la vida de aquellos que son diferentes a nosotros. Afirmó que la empatía es el “corazón palpitante del don del actor” y la fuerza que lo conecta con los personajes ficticios.
Streep también habló sobre el compromiso de los actores de no juzgar a los personajes que interpretan y la importancia de comprender el mundo desde su perspectiva. Hizo referencia al pintor español Pablo Picasso y a la actriz española Penélope Cruz.
La actriz mencionó la obra “La casa de Bernarda Alba” de Federico García Lorca y su capacidad para anticipar eventos catastróficos en su obra, así como el privilegio y deber de un actor para dar voz a los muertos en el escenario.
Streep concluyó destacando la necesidad de mantener la empatía a lo largo de la vida, en lugar de reprimirla a favor de la autoprotección o ideologías, y recordó la frase de Martirio en la obra de Lorca: “Pero las cosas se repiten. Yo veo que todo es una terrible repetición”.
Meryl Streep recibió el Premio Princesa de Asturias de las Artes por su “honestidad y responsabilidad” en la elección de sus trabajos, que han contribuido a narrativas inspiradoras y ejemplarizantes.