El Congreso de Michoacán aprobó la prohibición de las corridas de toros, sumándose a otros seis estados que ya han prohibido esta práctica en México. La reforma establece sanciones para quienes organicen o promuevan espectáculos donde se cause sufrimiento o muerte de animales, incluyendo peleas de gallos.
La medida llega en un contexto donde cada vez más entidades rechazan la tauromaquia. Desde 2013, Sonora, Guerrero, Coahuila, Quintana Roo y Sinaloa han implementado prohibiciones similares. En la Ciudad de México, aunque se establecieron restricciones, aún se permiten corridas sin violencia.
En contraste, Tlaxcala, un estado con fuerte tradición taurina, mantiene la actividad. Sin embargo, el debate sobre la protección animal sigue ganando terreno en el país, impulsado por colectivos y ciudadanos que exigen regulaciones más estrictas.
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