Los Mossos d’Esquadra, la policía autonómica de Cataluña, han ratificado el testimonio de la joven que acusa al futbolista Dani Alves de violación, afirmando que las imágenes de las cámaras de seguridad de la discoteca Sutton de Barcelona “corroboran completamente” su denuncia. En la segunda jornada del juicio en la Audiencia de Barcelona, una decena de agentes de los Mossos testificaron que la víctima estaba en estado de shock y se resistía a denunciar por temor a no ser creída o a que se revelara su identidad.
Una de las agentes que tomó la declaración policial de la víctima aseguró que su denuncia quedó respaldada por las imágenes de las cámaras de la discoteca, que capturaron los momentos previos y posteriores a la supuesta agresión en un baño reservado. Otro agente de la Unidad Central contra las Agresiones Sexuales (UCAS) de los Mossos describió cómo la víctima se derrumbó al relatar la agresión sexual.
Los agentes también revelaron que la joven temía denunciar a Dani Alves, a quien se refería como una “persona importante”, por miedo a la falta de credibilidad, la repercusión mediática y la posibilidad de que su nombre se hiciera público. Incluso expresó sentirse culpable por lo ocurrido, aunque los Mossos la tranquilizaron y le hicieron entender que era la víctima.
La responsable de la UCAS coordinó la detención de Alves en el despacho de su abogada en Barcelona, acordando con esta última una detención discreta para proteger la identidad del acusado debido a su relevancia mediática. Uno de los Mossos que participó en la detención confirmó que esta medida fue decisión de sus superiores.