Durante el tercer debate presidencial organizado por el Instituto Nacional Electoral (INE), Claudia Sheinbaum, candidata de la coalición Sigamos Haciendo Historia, destacó la importancia de establecer condiciones de paz y democracia en México. A pesar de los constantes ataques entre los candidatos, Sheinbaum se comprometió a gobernar para todos y rechazó la idea de que su gobierno sería autoritario.
“Me comprometo con el pueblo de México a gobernar para todos y para todas y llevar a México por el camino de la seguridad, de la paz y de la prosperidad compartida”, aseguró.
Sheinbaum también abordó la eliminación de los diputados plurinominales y de lista al Senado, la búsqueda de nuevos mecanismos de representación, y la reforma del Poder Judicial para limitar el poder de la Suprema Corte de Justicia, a la que acusó de extralimitarse en sus funciones.
Además, prometió que México tendría una mayor representación en foros internacionales sobre medio ambiente y cambio climático, temas de los que el actual gobierno ha estado ausente.
“Vamos a tener mayor participación en convenciones internacionales que tienen que ver con el medio ambiente, particularmente con el tema de cambio climático. Vamos a fortalecer las acciones para que disminuyan los gases de efecto invernadero”, afirmó.
A lo largo del debate, Sheinbaum subrayó los logros en seguridad pública durante su gestión como jefa de Gobierno de la Ciudad de México y negó que el país esté en una crisis de inseguridad.
En su mensaje final, instó a sus seguidores a votar masivamente para asegurar una ventaja significativa sobre el segundo lugar en la contienda. También mencionó que no tiene espacio en su agenda para un debate con su opositora Xóchitl Gálvez, como esta última había propuesto.
“No caí en ninguna provocación”, afirmó Sheinbaum en una entrevista posterior, señalando que esa era la estrategia de Gálvez. Criticó a la oposición por enfocarse en ataques sin propuestas concretas, algo que, según ella, se reflejó en toda la campaña.
Por su parte, Xóchitl Gálvez no se quedó atrás y arremetió contra Sheinbaum y otros miembros de su partido, recordando a la “nueva generación del PRI” y criticando la gestión actual en temas de seguridad y corrupción.
El debate se caracterizó por las acusaciones y ataques entre los candidatos, dejando en segundo plano las propuestas concretas para los problemas del país.