El científico italiano Sammy Basso, reconocido por dar visibilidad y estudiar su propia enfermedad, la progeria, un síndrome que provoca envejecimiento prematuro, murió a los 28 años.
Nacido en Schio (Véneto) el 1 de diciembre de 1995, el joven con apariencia de anciano se convirtió en un símbolo de la enfermedad genética que padecía, la cual afecta a una de cada 20 millones de personas.
En 2005, fundó la asociación que lleva su nombre con el objetivo de apoyar la divulgación y recaudar fondos para los estudios científicos.
Sammy padecía el síndrome de Hutchinson-Gilford (HGPS), conocido popularmente como la enfermedad del envejecimiento prematuro.
Aunque al ser diagnosticado con la enfermedad a los 2 años los médicos le dieron a sus padres un pronóstico de 13 años de vida, su familia estudió el padecimiento y viajó a otros países en busca de soluciones.
Basso alcanzó notoriedad internacional por sus apariciones en los medios para sensibilizar sobre la existencia de su síndrome; protagonizó un documental de National Geographic sobre un viaje a Estados Unidos.
En 2019 fue operado por un problema en la arteria aorta y poco después fue nombrado caballero de la Orden del Mérito por el Presidente de Italia, Sergio Mattarella.