Desde las frías y altas murallas de la prisión de Evin, Narges Mohammadi, galardonada con el Premio Nobel de la Paz 2023, envía un mensaje contundente al mundo. En su discurso, la activista iraní, encarcelada por subversión, destaca la firmeza de su pueblo contra la represión y el autoritarismo. “El pueblo iraní, con perseverancia, superará la represión y el autoritarismo. De esto no tengo dudas, estoy segura”, asegura Mohammadi, cuyo Nobel fue recogido por sus gemelos Kiana y Ali Rahmani en Oslo.
En sus palabras, Mohammadi subraya la importancia innegable de su premio en la movilización del pueblo iraní por la paz, la libertad y la democracia. “Estoy escribiendo este mensaje detrás de los altos y fríos muros de una prisión. Soy una mujer iraní orgullosa y honrada de contribuir a esta civilización, víctima de la opresión de un régimen religioso tiránico y misógino”, añade la activista, describiéndose como una “mujer encarcelada que, ante el profundo y desgarrador sufrimiento causado por la falta de libertad, igualdad y democracia, ha encontrado la necesidad de su existencia”.
Con 51 años, Mohammadi ha pasado la mayor parte de las últimas dos décadas en prisión, acumulando un total de 31 años de condena en cinco ocasiones. A lo largo de su vida de activismo, ha fundado asociaciones por los derechos de las mujeres, denunciando abusos, especialmente en las cárceles del país.
Reconocida con el Premio Mundial a la Libertad de Prensa de las Naciones Unidas en mayo de este año, la última condena de Mohammadi, por “delitos relacionados con la seguridad nacional y propaganda contra el Estado”, se suma a una serie de ataques a su activismo.
Familiares y amigos han instado en múltiples ocasiones a la liberación de Mohammadi por motivos humanitarios, tras un ataque cardíaco y una operación de urgencia el año pasado. La activista, comprometida con la causa, anuncia una nueva huelga de hambre en solidaridad con mujeres bahá’ís encarceladas en Evin, coincidiendo con el Día Internacional de los Derechos Humanos.