Desde el 7 de febrero, la actividad legislativa ha cesado, mientras los Diputados preparan sus maletas para unas merecidas vacaciones. El Pleno, en su sesión reciente, votó de manera unánime por un receso de dos semanas, del 25 de marzo al 5 de abril, coincidiendo con la Semana Santa. Además, se ha extendido el periodo ordinario hasta el 30 de mayo, aparentemente para compensar el tiempo perdido durante las vacaciones, aunque esta prolongación coincide con el inicio de las campañas electorales. Este acuerdo fue impulsado por la Comisión de Coordinación y Régimen Interno y presentado en la sesión por el coordinador de la bancada del PAN, Carlos de la Fuente. Según De la Fuente, en los últimos cinco años se ha seguido esta práctica para recuperar el trabajo postergado durante las vacaciones y abordarlo en mayo.
El estancamiento legislativo se debe a desacuerdos entre las bancadas mayoritarias del PRI y el PAN con la fracción de Movimiento Ciudadano (MC). La falta de quórum necesario para sesionar se agrava por la ausencia de 17 legisladores de MC, quienes no han participado en las sesiones debido a la no toma de protesta de una de sus suplentes, Rosaura Guerra. Esta situación ha llevado a que las sesiones se limiten a asuntos rutinarios, como cuentas públicas y acuerdos menores, sin avanzar en reformas o nuevas leyes.
El horario de las sesiones también ha sido modificado por la temporada electoral, aunque no siempre se cumple puntualmente. Aunque deberían comenzar a las 9:00 horas, en la práctica, las sesiones suelen iniciar más tarde, como ocurrió recientemente a las 11:00 horas.
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