En un esfuerzo contundente por salvaguardar su territorio y recursos, Noruega está emprendiendo la reconstrucción de una deteriorada valla destinada a los renos, que se extiende a lo largo de la frontera ártica con Rusia. Este ambicioso proyecto busca impedir que estos majestuosos animales vaguen hacia el país vecino, una travesía costosa que obliga a Oslo a compensar a Moscú por la pérdida de valiosos pastizales.
Funcionarios noruegos anunciaron el jueves que, durante este año, 42 renos han cruzado a Rusia en busca de pastos, lo que ha generado tensiones y preocupaciones tanto en Noruega como en Rusia.
La imponente barrera antirenos, que se extiende por 150 kilómetros (93 millas) y que data desde 1954, está siendo renovada. Se priorizará la sustitución de un tramo de aproximadamente 7 kilómetros (4 millas) entre las localidades de Hamborgvatnet y Storskog.
El costo de esta obra de defensa asciende a 3,7 millones de coronas noruegas (348,000 dólares), una inversión que se espera esté completada para el 1 de octubre, según informó la Agencia Noruega de Agricultura.
No obstante, este desafío no carece de complicaciones. Los trabajadores encargados de la construcción enfrentan la exigencia de permanecer en todo momento en el lado noruego de la frontera, para evitar incidentes de entrada ilegal en territorio ruso. Según Magnar Evertsen, portavoz de la agencia, esta restricción hace que el trabajo sea aún más arduo.
La travesía de los renos hacia Rusia implica una carga adicional de burocracia. La Agencia Noruega de Agricultura informó que Rusia ha presentado dos solicitudes de indemnización como resultado de estos cruces.
Las reclamaciones suman aproximadamente 50,000 coronas noruegas (4,700 dólares) por cada reno que atravesó a Rusia en busca de pastizales en la vasta reserva natural Pasvik Zapovednik. Adicionalmente, se ha planteado una solicitud global de casi 47 millones de coronas noruegas (4.4 millones de dólares) por los días en que los renos pastaron en el parque, compuesto mayormente por lagos, ríos, bosques y marismas.
Según las últimas actualizaciones, de los 42 renos que ingresaron a territorio ruso en este año, 40 ya han sido repatriados exitosamente a Noruega, y se espera que los dos restantes regresen en breve. Lamentablemente, los renos devueltos han sido sacrificados por temor a que retomen su travesía hacia Rusia, explicó Evertsen.