En conmemoración al 75 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, ONUSIDA enfatiza que la defensa de los derechos humanos es fundamental para una respuesta efectiva al VIH.
La organización reitera su compromiso de situar los derechos humanos en el centro de sus esfuerzos para poner fin a la pandemia del sida.
ONUSIDA hace un llamado a todos los gobiernos para que promuevan los derechos humanos, instando a la derogación de leyes que violan los derechos de las personas y a la implementación de leyes que protejan los derechos de todos, incluidas las comunidades marginadas.
Con un enfoque centrado en los derechos humanos y liderado por las comunidades, se espera que el mundo erradique el sida como una amenaza para la salud pública para el año 2030, un objetivo acordado por líderes mundiales en 2015. Aunque se han logrado avances significativos hacia esta meta, no todos han experimentado estos avances. La consecución del fin del sida solo es posible garantizando los derechos humanos de todos.
En el contexto actual, es crucial que el mundo trabaje de manera coordinada y efectiva para asegurar los derechos humanos para todos. ONUSIDA advierte que los logros alcanzados en materia de derechos humanos en los últimos 75 años están en peligro si los líderes no enfrentan los desafíos planteados por los movimientos antiglobalización de los derechos. Los ataques a los derechos de la mujer, a los derechos de las personas LGBTQ, a la salud y los derechos sexuales y reproductivos, a la democracia y al espacio cívico amenazan no solo la libertad, sino también la salud de todos.
ONUSIDA se compromete a ampliar su colaboración con países y comunidades para eliminar leyes discriminatorias, reducir el estigma y la discriminación relacionados con el VIH, abogar por la protección y promoción de los derechos humanos de las personas marginadas, poner fin a todas las formas de violencia de género y respaldar el liderazgo de las personas afectadas por el VIH en la toma de decisiones que afectan sus vidas.
La organización destaca que el camino hacia la erradicación del sida es un camino de derechos y subraya que proteger la salud de todos implica proteger los derechos humanos de todos.