Decarlos Brown Jr., acusado de apuñalar y matar a la refugiada ucraniana Iryna Zarutska en un tren de Charlotte, aseguró a su familia que una “sustancia” en su cuerpo lo obligó a cometer el crimen. Brown, diagnosticado con esquizofrenia, se negaba a tomar medicación y atravesaba una crisis severa, según relataron su madre y hermana.
Las declaraciones se registraron en una llamada desde la cárcel con su hermana Tracey Brown, seis días después del asesinato ocurrido en agosto. En el audio, Brown describió el acto como impulsado por fuerzas externas: “Ni siquiera la conozco. Da miedo, ¿verdad? ¿Por qué alguien apuñalaría a alguien sin motivo alguno?”, dijo.
La familia explicó que su comportamiento se deterioró tras salir de prisión en 2020, luego de cumplir una condena por robo a mano armada. Intentaron internarlo en un centro de salud mental, pero no había espacio y, al no representar peligro para sí mismo, no pudieron obligarlo a recibir tratamiento.
A pesar de su historial y crisis evidente, la justicia le otorgó fianza sin efectivo poco antes del crimen. El fiscal federal Russ Ferguson declaró que el asesinato fue un atentado contra la seguridad pública y aseguró que Zarutska merece justicia. Tracey Brown pidió investigar cómo el sistema falló al no proporcionarle la atención que necesitaba, antes de considerar la pena de muerte.
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