En los últimos años, Roman Reigns ha sido reconocido como la cara prominente de la WWE. Sin embargo, su transición a una superestrella de tiempo parcial ha generado debate sobre si aún ostenta ese título. A pesar de las críticas, defensores como Tommy Dreamer han salido en su apoyo, argumentando que Reigns sigue siendo la figura principal de la empresa.
En una reciente edición del podcast Busted Open Radio, Dreamer elogió el atractivo de Reigns y su capacidad para mantener el interés del público, incluso con una agenda reducida de apariciones. Destacó la actuación de Reigns en eventos como el Royal Rumble como prueba de su continua relevancia y dominio en el ring.
A pesar de sus reducidas apariciones en los programas semanales, Reigns ha demostrado su poderío como campeón al defender con éxito sus títulos en seis ocasiones, incluyendo su victoria contra Cody Rhodes en WrestleMania 39.
El legado de Reigns en la WWE es innegable, habiendo dejado una marca indeleble con su caracterización como el Jefe Tribal. Además, su impacto en las ventas de mercancía y en los eventos en vivo lo sitúan como uno de los luchadores más destacados y rentables para la empresa.