El rover Curiosity de la NASA continúa su exploración en el planeta rojo después de alcanzar un impresionante hito de 4,000 días marcianos en Marte. Desde su aterrizaje en el cráter Gale el 5 de agosto de 2012, este resistente vehículo espacial ha recorrido casi 32 kilómetros a través de un entorno extremadamente frío, empolvado y radiactivo. Además de su recorrido, Curiosity ha proporcionado valiosas imágenes a color de su entorno, gracias a las cámaras de Mastcam, que permiten determinar la composición de las rocas a distancia.
Entre los avances notables se encuentra el trabajo constante de los ingenieros para supervisar el rendimiento de la fuente de energía nuclear del rover, asegurando que tenga suficiente energía para operar durante más años. También se han realizado actualizaciones de software para agregar nuevas capacidades a Curiosity y abordar los desafíos relacionados con el desgaste del sistema de perforación.
Sin embargo, en la actualidad, el equipo de la misión se está preparando para un “descanso de varias semanas en noviembre” debido a que “Marte está a punto de desaparecer detrás del Sol”. Durante este período, los ingenieros dejarán al Curiosity con una lista de tareas pendientes hasta el 28 de noviembre, momento en el cual podrán reanudarse las comunicaciones de manera segura.
En cuanto a su más reciente logro, el rover Curiosity ha perforado su muestra número 39 y ha depositado la roca pulverizada en su interior para su posterior análisis. Esta muestra, denominada ‘Sequoia’, podría arrojar luz sobre la evolución del clima y la habitabilidad de Marte, especialmente en relación con la formación de minerales de sulfato en aguas saladas que se evaporaron hace miles de millones de años. Ashwin Vasavada, científico del proyecto Curiosity en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, destaca la importancia de estos descubrimientos y cómo ayudan a comprender el antiguo Marte y su transformación a lo largo de los milenios.