En una notable exhibición de su capacidad de defensa aérea, un avión de combate ruso, el MiG-31, se ha enfrentado a un caza noruego que se aventuraba en el Mar de Barents. El incidente, informado por el Ministerio de Defensa, tuvo como objetivo prevenir una posible violación de las fronteras estatales de Rusia.
De acuerdo con las autoridades rusas, los sistemas de control del espacio aéreo detectaron una aeronave extranjera sobrevolando el Mar de Barents, lo que provocó la rápida respuesta del MiG-31. Cuando la tripulación del caza noruego se percató de la presencia del MiG-31, optaron por dar la vuelta y alejarse de los límites territoriales rusos, según información recopilada por la agencia TASS.
El Ministerio de Defensa ruso ha subrayado que el vuelo del caza ruso se llevó a cabo rigurosamente en cumplimiento de las normas internacionales que rigen el uso del espacio aéreo sobre aguas neutrales, priorizando en todo momento las medidas de seguridad. Este incidente ilustra la importancia de mantener la integridad de las fronteras estatales en la región del Mar de Barents, donde las tensiones geopolíticas a menudo están en juego.