Un satélite estadounidense dado por perdido desde 1967 acaba de enviar una señal de radio tan intensa como efímera, sorprendiendo a la comunidad científica. El fenómeno, captado el 13 de junio de 2023 por el radiotelescopio ASKAP en Australia, consistió en un pulso de menos de 30 nanosegundos que, sin embargo, eclipsó todo el cielo nocturno durante ese brevísimo instante.
Inicialmente, los científicos creyeron estar frente a un objeto celeste inédito, pero tras un análisis más preciso determinaron que la fuente estaba demasiado cerca de la Tierra como para tratarse de algo interestelar. De hecho, la señal provenía de una altitud inferior a los 20,000 kilómetros.
El responsable más probable resultó ser el Relay 2, un satélite de comunicaciones de la NASA lanzado en 1964 y declarado inactivo tres años después. Su súbita “reaparición” plantea interrogantes sobre la vida útil de los objetos orbitales.
Entre las hipótesis científicas se plantean dos escenarios: una posible descarga electrostática acumulada durante décadas, o el impacto de un micrometeorito que generó una nube de plasma. Ambos eventos podrían haber producido una señal como la detectada.
El hallazgo ha sido publicado en ArXiv y aceptado por The Astrophysical Journal, abriendo nuevas posibilidades para detectar y estudiar eventos relacionados con descargas en satélites, algo particularmente útil frente al creciente número de pequeños dispositivos en órbita sin blindaje contra estas descargas.
El Relay 2 se une así a una lista poco común de satélites “resucitados”, aunque no supera al AMSAT-OSCAR 7, que regresó a la actividad tras 21 años de silencio.
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