Un asombroso giro científico sacude al mundo marino: el corégono picudo, una especie de pez que, según la ciencia, estaba oficialmente extinta, no solo ha resurgido, sino que también está en pleno auge. Este impresionante hallazgo, liderado por investigadores de la Universidad de Ámsterdam y el Museo de Historia Natural de Londres, revela un emocionante redescubrimiento.
Este resiliente habitante de los estuarios del Mar del Norte, el Coregonus oxyrinchus, un pez de agua dulce que alguna vez pobló el noreste de Europa, ha retornado al escenario de la vida acuática. Los científicos realizaron un minucioso análisis del ADN extraído de restos conservados en el museo, algunos con más de dos siglos de antigüedad. Sorprendentemente, al comparar el ADN de estos antiguos peces con el de sus parientes actuales, se encontraron con sorprendentes similitudes.
El ADN mitocondrial de estos peces históricos, e incluso un fragmento del ADN de un velero seco del Mar del Norte que data de 1754, utilizado por Linneo para describir oficialmente la especie, desempeñaron un papel crucial en este emocionante redescubrimiento. La creación de un árbol filogenético basado en este ADN reveló que todos los individuos examinados de Coregonus oxyrinchus se agrupaban con el pescado blanco europeo, el Coregonus lavaretus.
Esto lleva a una conclusión sorprendente: el corégono picudo no es una especie separada como se creía. Como afirma Rob Kroes, el primer autor de la Universidad de Ámsterdam, “El lavareto o farra se encuentra ampliamente distribuido en Europa occidental y septentrional, en ríos, lagos de agua dulce, estuarios y en el mar. Dado que no encontramos diferencias de especies entre el corégono picudo del pasado y el lavareto o farra de hoy, no consideramos que el primero esté extinto”.
Pero, ¿cómo es posible que se declarara extinto oficialmente en 2008? La confusión sobre si estos peces pertenecían a la misma especie o no, en particular debido a variaciones en rasgos morfológicos como la longitud del hocico y el número de branquiespinas, llevó a esta errónea conclusión. Ahora, la investigación de ADN ha arrojado una luz clara sobre esta controversia. Kroes afirma: “Nuestra investigación de ADN muestra claramente que no son diferentes”.
Este sorprendente descubrimiento sugiere que es necesario repensar el nombre oficial en latín de la especie. Sin embargo, modificarlo requerirá un estudio adicional del ADN del pescado seco de 1754, una tarea que los investigadores consideran difícil de lograr. La historia del corégono picudo, desde su errónea extinción hasta su emocionante redescubrimiento, plantea cuestiones apasionantes sobre la clasificación de las especies y la influencia de la genética en la ciencia de la conservación marina.