El próximo lanzamiento de Starship, la ambiciosa nave de SpaceX diseñada para llevar a astronautas a la superficie lunar, se perfila como uno de los eventos más significativos en la industria espacial. La empresa liderada por Elon Musk se encuentra en una carrera contra el tiempo para tener lista la nueva versión de la nave, programada para febrero, tres meses después del último intento realizado el 18 de noviembre.
En ese último lanzamiento, la Starship alcanzó una altura de 120 metros, convirtiéndose en el vehículo espacial más grande jamás construido. Aunque logró separarse del cohete, no cumplió con el diseño de prueba de 90 minutos, destruyéndose por un fallo tras ocho minutos de vuelo. SpaceX busca ahora realizar ajustes y mejoras para el próximo intento, tras obtener la aprobación de la Administración Federal de Aviación de EE.UU. (FAA).
Jessica Jensen, vicepresidenta de operaciones e integración de clientes de SpaceX, destacó en una rueda de prensa que están trabajando en la tercera prueba de vuelo de Starship con el objetivo de estar listos en enero y obtener el permiso de la FAA para el vuelo en febrero.
La seguridad de los astronautas es prioritaria para la NASA, por lo que Starship también enfrentará pruebas de repostaje no tripulado en órbita y en la superficie lunar antes de llevar humanos a bordo. Elon Musk visualiza la utilidad de Starship no solo para misiones lunares, sino también para la colonización de Marte y como transporte terrestre dentro de la Tierra.