Valve, la compañía detrás de Steam, ha actualizado sus términos de uso para dejar en claro que los usuarios no son dueños de los videojuegos que compran en su plataforma. En lugar de adquirir el juego en sí, los jugadores están comprando una licencia para usar el software, lo que significa que Valve puede revocar el acceso en ciertas circunstancias.
Esta aclaración ha generado debates entre los jugadores, quienes sienten que, al pagar el precio completo por un título, deberían tener más control sobre él. “Es un recordatorio de que los videojuegos digitales no ofrecen las mismas garantías que los productos físicos”, comentó un usuario en los foros de Steam.
El modelo de licencias no es nuevo en la industria, pero esta actualización ha reavivado la conversación sobre los derechos de los consumidores en las plataformas digitales. A pesar de las críticas, la mayoría de los jugadores continúa utilizando Steam debido a su extensa biblioteca y ofertas.
Valve ha reiterado que sus políticas están diseñadas para proteger tanto a los desarrolladores como a los usuarios.