Valve ha retirado de su tienda en línea Steam, en algunos países, el controvertido juego No Mercy, una novela visual 3D para adultos que generó indignación por sus escenas gráficas de violencia sexual, incluyendo violación e incesto. Aunque sigue disponible en otros mercados, la decisión ha encendido un debate sobre la responsabilidad de las plataformas digitales en la distribución de contenido sensible.
La polémica escaló tras las declaraciones del ministro británico de Tecnología, Peter Kyle, quien criticó duramente a Valve por permitir la venta de un producto que, en sus palabras, “no tiene cabida en una sociedad civilizada”. Kyle exigió la retirada inmediata del juego y enfatizó que la ley británica espera una respuesta responsable por parte de las empresas tecnológicas.
Organizaciones como Women in Games también alzaron la voz. Su directora ejecutiva, Marie-Claire Isaaman, calificó la presencia del juego en Steam como “completamente inaceptable” y advirtió que normalizar la violencia contra las mujeres en videojuegos transmite un mensaje peligroso.
A pesar de la gravedad del contenido, No Mercy no fue sometido al sistema de clasificación PEGI, lo que implica una posible omisión regulatoria. El título ya ha sido retirado en Reino Unido, Australia y Canadá, aunque aún se encuentra disponible en España y otros países, donde no se ha anunciado ninguna medida al respecto.
El caso pone sobre la mesa la necesidad urgente de reforzar los filtros de contenido en plataformas digitales y la responsabilidad ética de las empresas frente a sus usuarios globales.
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