Las autoridades filipinas han anunciado su firme determinación de eliminar una barrera flotante que la guardia costera china colocó en el mar de China Meridional. La polémica barrera, que se extiende a lo largo de 300 metros, obstruye el acceso de los pescadores filipinos a una laguna marítima en el banco de arena de Scarborough, una región en disputa entre ambos países.
El asesor de seguridad nacional de Filipinas, Eduardo Ano, ha calificado esta maniobra como “ilegal e ilegítima”, enfatizando que socava los derechos tradicionales de pesca de los pescadores filipinos. Ano aseguró que Filipinas tomará medidas apropiadas para garantizar la retirada de la barrera y proteger los derechos de sus pescadores en esta zona estratégica.
Este incidente se suma a las crecientes tensiones en la región, donde varias naciones, incluyendo a Filipinas, Vietnam, Malasia, Brunéi y Taiwán, presentan reclamaciones territoriales que se superponen con las de China. Estas disputas, de larga data, han sido una fuente constante de tensiones en Asia y un componente sensible en la rivalidad entre China y Estados Unidos en la región.
A pesar de no tener reclamaciones territoriales en la zona, Estados Unidos ha patrullado activamente estas aguas durante décadas para garantizar la libertad de navegación y sobrevuelo en una ruta comercial global vital. China ha instado repetidamente a Estados Unidos a abstenerse de interferir en lo que considera un asunto exclusivamente asiático.
La barrera china bloquea el acceso de los barcos filipinos a una laguna rica en recursos y rodeada de arrecifes de coral submarinos, lo que ha generado preocupaciones sobre la seguridad alimentaria en Filipinas. Esta medida se ha vuelto una respuesta recurrente de las autoridades chinas cuando numerosos pesqueros filipinos se aproximan a la zona, según el comodoro Jay Tarriela, vocero de la guardia costera filipina.
La Oficina Filipina de Pesca y Recursos Acuáticos informó que, junto con al menos 54 pesqueros filipinos, recibieron órdenes de cuatro barcos guardacostas chinos de abandonar el territorio, alegando que las embarcaciones filipinas violaban las leyes chinas e internacionales. Sin embargo, Filipinas sostiene que el banco de arena de Scarborough se encuentra dentro de su zona económica exclusiva, respaldada por una decisión de arbitraje de 2016 en conformidad con la Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar de 1982.
China, que no participó en el proceso de arbitraje iniciado por Filipinas en 2013, continúa desafiando esta decisión y rechaza su validez. Este último episodio de tensión revive los recuerdos de incidentes anteriores, como el enfrentamiento de 2012 en el que barcos chinos tomaron y rodearon el atolón.
Además, los guardacostas chinos han bloqueado previamente el acceso de barcos del gobierno filipino que transportaban suministros y personal al banco de arena Thomas Shoal, lo que provocó condenas y protestas del gobierno filipino. En este contexto, Washington ha reiterado su compromiso de defender a Filipinas, su aliado más antiguo en Asia, en caso de cualquier ataque contra sus fuerzas, barcos o aeronaves en el mar de China Meridional.