Uno de los terremotos más potentes de la región en décadas de magnitud 8.8 sacudió la costa este de Rusia, frente a la península de Kamchatka, provocando una alerta de tsunami que se extendió por todo el Pacífico.
El Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) ubicó el epicentro a unos 136 km al este–sureste de Petropávlovsk‑Kamchatsky, a una profundidad aproximada de 19–20 km.
Varias réplicas siguieron al sismo principal, incluyendo eventos de magnitud entre 6.9 y 6.3.
En la localidad rusa de Severo‑Kurilsk, en las islas Kuriles, se registraron olas de 3 a 4 metros.
En Japón, se anticiparon olas de hasta 3 metros a lo largo de la costa del Pacífico; se emitieron órdenes de evacuación que afectaron a más de 900 mil personas, incluidas zonas cercanas a la planta nuclear de Fukushima, que no sufrió daños.
Hawái, Alaska, Estados Unidos, Ecuador, Chile, Nueva Zelanda, e Islas del Pacífico también recibieron alertas y vigilancia ante el posible arribo de olas entre 1 y 3 metros, según el Centro de Alerta de Tsunamis del Pacífico (PTWC).
En Hawái se implementaron evacuaciones preventivas, se cerraron escuelas y se activaron sirenas de emergencia.
En Kamchatka, las autoridades informaron heridos menores y daños en edificios, sin víctimas fatales confirmadas hasta el momento.
El Gobernador regional calificó este evento como el terremoto más fuerte en décadas y señaló que las réplicas continúan, aunque no se esperan nuevos temblores significativos en el corto plazo.
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