La actriz francesa Françoise Cadol, célebre por dar voz a Lara Croft, Angelina Jolie y Sandra Bullock, interpuso una demanda contra Aspyr Media por supuesto uso no autorizado de una réplica de su voz generada con inteligencia artificial en Tomb Raider IV-VI Remastered, lanzado en febrero de este año.
Fans en Francia detectaron que la voz presentaba un tono robótico, metálico y entrecortado, diferente a su expresividad habitual; alertaron a Cadol, quien fue informada del cambio. Su abogado, Jonathan Elkaim, especializado en propiedad intelectual e inteligencia artificial, exige que se retiren las copias del juego y que Aspyr revele el número de unidades vendidas.
La situación ha encendido alarmas dentro del sector del doblaje francés —que da empleo a unos 15 000 profesionales— y refuerza la visibilidad del movimiento “Touche pas à ma VF” (“No toques mi versión francesa”), del cual Cadol forma parte y ya había negado que su voz fuese incluida en entrenamientos de IA.
Este caso destaca por su gravedad al involucrar presuntamente la reproducción digital de una identidad vocal sin consentimiento, marcando un precedente en debates legales y éticos sobre el uso de inteligencia artificial en videojuegos.