En un dramático suceso, un adolescente perdió la vida este jueves tras ser víctima de un brutal ataque de tiburón en una apartada zona costera del sur de Australia, según informes de la Policía local.
El trágico incidente ocurrió alrededor de las 13:30 hora local en la playa Ethel, cerca del Parque Nacional Innes, en el estado de Australia del Sur. Aunque la identidad del joven aún no se ha revelado, se encontraba en compañía de su padre cuando el feroz depredador lo atacó sin piedad.
“Es la parte más abierta al océano abierto… esa es el área principal que recibe el oleaje”, describió Marty Goody, un experimentado residente local y surfista de décadas, a la Australian Broadcasting Corp.
En un principio, los servicios de emergencia fueron despachados a la remota playa de difícil acceso, ubicada al pie de un imponente acantilado, para atender al adolescente gravemente herido. Sin embargo, horas después, las autoridades confirmaron la trágica noticia de su fallecimiento a causa de las graves lesiones sufridas, revelando que “el cuerpo del adolescente fue recuperado del agua”.
Este desgarrador suceso se suma a una serie de recientes ataques de tiburones en la región, incluyendo la muerte de un surfista de 55 años en octubre y otro incidente que dejó a una nadadora herida en la pierna. Estos eventos han generado creciente preocupación entre la comunidad de surfistas y visitantes por la aparente proliferación de encuentros fatales con estos formidables depredadores marinos.
A pesar de la rareza de los ataques de tiburones a humanos, con solo 57 casos registrados en todo el mundo en 2022, la cifra más baja en una década según el Archivo Internacional de Ataques de Tiburones (ISAF) de la Universidad de Florida, las autoridades del sur de Australia han intensificado las patrullas aéreas en las playas en respuesta a esta serie de incidentes. La presencia frecuente de grandes tiburones, como los balleneros de bronce, en las aguas cercanas a Marion Bay y el Parque Nacional Innes ha generado dudas sobre la eficacia de las medidas de seguridad existentes, planteando la necesidad de una vigilancia más rigurosa en la región.