El Tribunal de Apelaciones del Circuito Federal acaba de otorgar a la administración Trump la facultad para mantener sus aranceles vigentes mientras continúa el proceso judicial que analiza su legitimidad. La medida, calificada por el expresidente como una “gran e importante victoria”, permitirá que el gobierno siga recaudando impuestos a las importaciones durante el litigio.
La corte no sólo permite que sigan los cobros, sino que también ha acelerado el calendario del juicio debido a la “excepcional importancia” de estos gravámenes, con una audiencia clave prevista para el 31 de julio. La disputa surge tras un fallo previo del Tribunal de Comercio Internacional —emitido el 28 de mayo— que invalidó los aranceles, alegando que Trump excedió su autoridad bajo la Ley de Facultades Económicas Internacionales de Emergencia de 1977.
Los aranceles en cuestión incluyen un gravamen general del 10% sobre una amplia gama de productos, así como tarifas específicas dirigidas a países con los cuales EE.UU. mantiene déficit comercial, entre ellos China, Canadá y México. Además, estas medidas fueron usadas como palanca para presionar a esas naciones en temas migratorios y combate a opioides sintéticos.
El sector productivo criticó estas medidas por causar disrupciones en las cadenas globales de suministro e incrementar la volatilidad en los mercados. No obstante, Trump defendió su política arancelaria como una herramienta legítima para proteger la economía y la seguridad nacional de Estados Unidos.
Por ahora, la decisión del tribunal representa una victoria temporal que permite al gobierno mantener vigentes los aranceles hasta el fallo definitivo, reforzando momentáneamente la estrategia económica de Trump.
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