La Cámara de Diputados de Uruguay dio media sanción en la mañana del jueves a un paquete de leyes que despenalizan la eutanasia y el suicidio asistido. El proyecto contó con el apoyo de la mayoría de los espacios políticos, excepto el derechista Cabildo Abierto, miembro de la coalición gobernante.
Con la aprobación de 57 legisladores sobre 96 en la Cámara Baja, la iniciativa avanzó y será debatida en el Senado.
El proyecto está dirigido a “personas mayores de edad, psíquicamente aptas, enfermas de una patología terminal, irreversible e incurable o afligida por sufrimientos insoportables”.
El objetivo, señala el texto, es otorgar el derecho de “transcurrir dignamente el proceso de morir”. La persona podrá solicitar la eutanasia o el suicidio asistido para que su muerte se produzca “de manera indolora, apacible y de forma respetuosa de su dignidad”. Las instituciones que forman el Sistema Integrado de Salud tendrán la obligación de prestar el servicio y los médicos podrán alegar objeción de conciencia.
Ya regía en Uruguay desde 2013 la Ley N.º 18.473, también conocida como la ley de “voluntad anticipada” o “ley del buen morir”, que regula la libertad de un paciente para rechazar un tratamiento, incluidos los cuidados paliativos en caso de enfermedad terminal, incurable e irreversible.