Tomar el sol detrás de una ventana no ayuda a generar vitamina D, confirman estudios científicos. Los cristales bloquean los rayos UVB, que son los únicos responsables de estimular su producción en la piel.
La vitamina D es esencial para la salud ósea y el sistema inmunológico. Su principal fuente es la exposición directa al sol, pero con el estilo de vida actual, muchas personas permanecen en interiores durante el día, lo que ha incrementado los casos de deficiencia.
De acuerdo con un análisis del portal Sportlife y estudios de la Universidad Complutense de Madrid, la exposición directa al sol —sin vidrios ni bloqueadores solares— es fundamental. Las ventanas permiten el paso de los rayos UVA, pero no los UVB, necesarios para la síntesis de esta vitamina.
Los especialistas recomiendan exponerse al sol durante las primeras horas de la mañana o al final de la tarde, con la mayor superficie de piel posible descubierta, durante unos 10 minutos al día. Este tiempo puede variar según la región y el clima.
En el norte de México se sugiere precaución por la intensidad solar; en el sur, donde hay menor radiación, podría requerirse suplementación.
En caso de no poder tomar el sol, lo recomendable es acudir al médico para realizar un análisis clínico. Si se confirma la deficiencia, el profesional puede recetar un suplemento adecuado. Automedicarse con vitamina D no se sugiere, ya que su exceso también representa riesgos.
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