SpaceX recibió la aprobación de la Administración Federal de Aviación (FAA) para realizar un nuevo lanzamiento de prueba de su cohete Starship, después de que el octavo intento terminara en una explosión en pleno vuelo.
La compañía liderada por Elon Musk busca dar un paso más hacia la creación del sistema de transporte más poderoso y reutilizable jamás construido. El próximo vuelo, programado tentativamente para el 27 de mayo, destacará por la reutilización parcial del propulsor Super Heavy, empleado anteriormente en la séptima misión.
De los 33 motores Raptor del propulsor, se conservaron 29, con algunas piezas reemplazadas. Esta prueba será clave para validar su desempeño en condiciones reales y avanzar en los experimentos necesarios para lograr retornos controlados.
En esta ocasión, el propulsor no regresará a tierra sino que amerizará en el océano, mientras que el segmento superior intentará desplegar hasta ocho satélites Starlink, en una operación sin precedentes.
El último intento terminó abruptamente cuando se perdió contacto con la nave y ocurrió una explosión poco después del desacoplamiento exitoso del propulsor. Desde SpaceX describieron el evento como un “desmontaje rápido no programado”, una manera técnica de referirse a un fallo que, sin embargo, generó aprendizajes importantes.
Este nuevo lanzamiento podrá ser seguido en tiempo real a través de las plataformas oficiales de la empresa, y representa una nueva oportunidad para que Starship demuestre su potencial de cara a futuras misiones lunares y marcianas.
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