En el resplandor de la histórica victoria de España en el Mundial de fútbol femenino ante Inglaterra, un episodio ha eclipsado incluso los titulares del triunfo deportivo. La euforia que rodeó a La Roja se vio matizada por una escena capturada en las redes sociales: el beso en los labios que Luis Rubiales, presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), le dio a Jenni Hermoso. A pesar de las declaraciones iniciales de desestimación por parte de Rubiales, el eco mediático resultante finalmente lo ha llevado a emitir un pedido de disculpas.
A través de un mensaje en video transmitido por la propia Federación, Rubiales ha expresado su pesar por el incidente, aunque con matices de arrepentimiento: “Reconozco que probablemente me equivoqué. En un momento de efusividad, sin malicia y sin intenciones perjudiciales, ocurrió lo que ocurrió de manera espontánea”, aclaró.
Las disculpas del presidente no solo se centran en el beso en sí, sino también en sus previas declaraciones minimizadoras. Según Rubiales, durante los instantes posteriores al partido y la ceremonia de premiación, la situación “parecía natural, normal”. Sin embargo, la amplificación mediática del suceso lo ha obligado a encarar la realidad de que algunos se sintieron agraviados: “No me queda más opción que pedir perdón si hay personas que se sintieron afectadas; debo disculparme. Ofrezco mis disculpas”, subrayó.
El reconocimiento de error por parte de Rubiales también se extiende a sus comentarios iniciales, donde restó importancia al gesto. “También quiero disculparme ante aquellas personas que, desde una perspectiva externa, han interpretado la situación de manera diferente; seguramente tendrán sus razones”, añadió el presidente en el video.
Mientras la controversia se expandía por las redes sociales, Jenni Hermoso, la destinataria del beso, compartió su reacción en un directo de Instagram realizado por las futbolistas españolas en el vestuario. “No me ha gustado… ¿Pero qué puedo hacer yo? ¡Mírame a mí, mírame!”, exclamó Hermoso entre risas y las reacciones de sus compañeras.
El desenlace de esta saga tuvo lugar cuando Rubiales, entrando al vestuario, prometió un viaje a Ibiza a las ganadoras y bromeó sobre una hipotética boda con Jenni Hermoso. Sin embargo, la opinión pública no ha tardado en manifestar su descontento. Miquel Iceta, ministro de Cultura y Deporte, insistió en que Rubiales debía explicar sus acciones y pedir disculpas por el beso, calificando el gesto como “inaceptable”.
En este contexto, voces relevantes han aprovechado para resaltar la importancia del consentimiento en cualquier interacción. Irene Montero, ministra de Igualdad en funciones, lanzó un mensaje claro en Twitter: “Dos personas se besan si ambas quieren, si hay consentimiento (…). No demos por hecho que dar un beso sin consentimiento es algo ‘que pasa’. Es una forma de violencia sexual que sufrimos las mujeres de forma cotidiana y hasta ahora invisible, y que no podemos normalizar.”