Hasta el 14 de enero, el Museo del Prado presenta una colección única de 80 dibujos y estampas en la sala D del edificio Jerónimos. Esta exhibición, titulada “Del lapicero al buril. El dibujo para grabar en tiempos de Goya,” resalta la influencia significativa de estos diseños en el proceso creativo del grabado calcográfico en España, desde mediados del siglo XVIII hasta comienzos del siglo XIX.
A pesar de la variedad de artistas representados en la muestra, el foco principal gira en torno a dos figuras clave en el desarrollo del arte del grabado: Manuel Salvador Carmona (1734-1820), un artista conocido por su maestría en la técnica del buril en España, y Francisco de Goya (1746-1828), cuya genialidad y enfoque único en el aguafuerte abrieron nuevas vías en la creación artística.
La exposición también brinda la oportunidad de dar a conocer algunas de las obras adquiridas por el Museo del Prado en los últimos años como parte de este proyecto. Curada por José Manuel Matilla, Jefe de Conservación de Dibujos y Estampas, y Ana Hernández Pugh, responsable del catálogo razonado de los dibujos de Manuel Salvador Carmona, la exhibición ofrece una visión detallada de los dibujos preparatorios, subrayando tanto su importancia instrumental como artística.
Los visitantes tendrán la oportunidad de explorar las diversas técnicas y procesos empleados desde mediados del siglo XVIII hasta principios del XIX para transferir las composiciones deseadas a las láminas de cobre. Esto destacará cómo los dibujos preparatorios desempeñaron un papel fundamental en la comprensión de la obra por parte del grabador.
En la segunda mitad del siglo XVIII, la formación de dibujantes y grabadores calificados, liderados por Manuel Salvador Carmona, permitió la ilustración de textos que difundieron el pensamiento ilustrado. Aunque las estampas de esa época son ampliamente conocidas, los dibujos utilizados como punto de partida han sido a menudo pasados por alto debido a su función principalmente funcional. No obstante, estos dibujos definieron la composición que más tarde sería transferida con precisión a la lámina de cobre.
Esta exposición revela un mundo artístico más amplio que abarca conceptos que definen los usos y técnicas de este tipo de obras. Ofrece una visión detallada de las distintas fases del proceso creativo, mostrando la diversidad de pasos y estados que los grabadores al buril debían atravesar para completar sus obras con precisión. En resumen, la exhibición destaca cómo solo a través de un sólido dibujo se puede lograr una excelente estampa.