El antiguo pilar del chavismo, Tareck El Aissami, se encuentra ahora tras las rejas, enfrentando acusaciones de corrupción en Venezuela. Su detención, tras más de un año de dejar sus altos cargos en Petróleos de Venezuela (PDVSA), marca un giro en este escándalo.
El fiscal general, Tarek William Saab, anunció este martes la detención de El Aissami, junto con otros implicados, entre ellos Samark José Lopez y Simón Alejandro Zerpa. Estos arrestos se produjeron después de que varios imputados colaboraran con las autoridades como testigos protegidos.
El Aissami, quien ocupó importantes cargos ministeriales y vicepresidenciales, había desaparecido de la vista pública en medio de acusaciones de corrupción, relacionadas con un supuesto desfalco millonario con criptomonedas. La cifra exacta del desfalco aún no ha sido confirmada por la Fiscalía.
Según el fiscal Saab, además de la trama de corrupción, los detenidos también estaban involucrados en una red de prostitución. Las fotografías del arresto de El Aissami fueron presentadas, aunque no se reveló la fecha ni el lugar de su detención.
A El Aissami se le imputarán varios delitos, incluyendo traición a la patria, malversación de fondos públicos y asociación para delinquir. Este caso ha generado un total de 54 detenciones hasta el momento, incluyendo altos funcionarios y empresarios, con 17 órdenes de captura pendientes.
Para el fiscal Saab, los delitos de El Aissami y su “trama criminal” constituyen un caso de “terrorismo financiero”, con repercusiones en la estabilidad económica del país.
Esta detención se produce en un contexto electoral, según el politólogo Guillermo Aveledo, como parte de los reajustes dentro del chavismo de cara a las elecciones. Se plantea como una estrategia de limpieza interna y de desvinculación de responsabilidades por parte del presidente Maduro, situando a El Aissami como chivo expiatorio.
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