La NCAA y sus cinco conferencias de poder (Power 5) han acordado permitir que las escuelas paguen directamente a los jugadores, marcando un hito en más de 100 años de historia de los deportes universitarios. Este acuerdo surge tras el anuncio de un pacto para pagar casi $2.8 mil millones en resolución de demandas antimonopolio.
Esta histórica decisión sienta las bases para un modelo de compartición de ingresos que podría distribuir millones de dólares directamente a los atletas desde el segundo semestre de 2025.
Charlie Baker, presidente de la NCAA, junto con los comisionados de la ACC, Big Ten, Big 12, Pac-12 y SEC, emitieron un comunicado conjunto. Las organizaciones destacaron que este acuerdo representa “un paso importante en la reforma sostenida del deporte colegial, beneficiando a los estudiantes-deportistas y aportando claridad en todas las divisiones en los años venideros”.
El acuerdo aún debe ser aprobado por el juez federal a cargo del caso y podrían surgir apelaciones. Sin embargo, si se mantiene, marcará el inicio de una nueva era en el deporte colegial, donde los deportistas serán compensados de manera más similar al profesionalismo.
Las escuelas podrán competir por atraer al mejor talento mediante pagos directos. Esto significa que un quarterback estelar o un prospecto destacado de baloncesto podrían no solo firmar grandes acuerdos monetarios por su nombre e imagen, sino también recibir hasta $100,000 dólares depositados por las escuelas en sus cuentas bancarias para jugar.
Steve Berman, uno de los principales abogados de los demandantes, afirmó: “Este arreglo histórico pondrá el deporte colegial en el siglo XXI. Los deportistas universitarios finalmente recibirán una participación justa de los miles de millones de dólares en ingresos que generan para sus escuelas”.