A un año del Mundial 2026, la Selección Alemana enfrenta una dura realidad: no está al nivel de las grandes potencias del fútbol. Tras la derrota ante Francia en la Liga de Naciones, la decepción era evidente. Aunque Alemania mostró una mejor versión frente a los franceses en comparación con el partido contra Portugal, el resultado volvió a ser adverso.
“Hoy vimos un equipo completamente diferente, con mucho más coraje que contra Portugal. Pero en el fútbol también cuenta la eficacia de cara al gol”, reconoció Julian Nagelsmann, director técnico del conjunto germano. El equipo tuvo varias oportunidades, pero no logró capitalizarlas.
Nagelsmann fue claro: “Sabemos que, en cuanto a calidad individual, a veces estamos un poco por debajo de las grandes potencias. Francia es una de ellas. Pero hoy, en muchos momentos, fuimos el mejor equipo casi hasta la línea de meta”.
Uno de los problemas más evidentes es la falta de profundidad en la plantilla. Las ausencias de figuras como Antonio Rüdiger, Jamal Musiala o Kai Havertz se sintieron fuertemente. Las alternativas no ofrecieron el mismo nivel y en posiciones clave, como el lateral izquierdo o la delantera, persisten las carencias desde hace años.
“En cuanto a profundidad de plantilla, debemos abandonar la ilusión de que lo solucionaremos en un año. No podemos recuperar en dos años lo que se descuidó durante ocho”, advirtió el seleccionador, apuntando a un problema estructural del fútbol alemán: la formación de jóvenes talentos.
Un estudio encargado por la Federación Alemana de Fútbol (DFB) y la Liga Alemana de Fútbol (DFL) reveló que los clubes alemanes han quedado rezagados en cuanto a desarrollo juvenil. “Ningún club alemán figura entre los diez mejores de las grandes ligas europeas y Portugal en formación de talentos”, explicó el exentrenador Alexander Nouri.
Mientras tanto, selecciones como España, Portugal y Francia han encontrado en sus nuevos talentos la clave para mantenerse competitivas. Lamine Yamal, Nico Williams, Vitinha o Désiré Doué representan el futuro de sus selecciones y son prueba del trabajo bien hecho desde la base.
A un año del Mundial, el panorama para Alemania sigue siendo incierto. La reconstrucción es urgente, pero parece que no llegará a tiempo.