El Torneo Maurice Revello ha sido un golpe duro para Stéphano Carrillo. Considerado una de las promesas más sólidas del fútbol mexicano, su desempeño en Francia ha dejado más dudas que certezas. No solo ha sido suplente en dos de tres partidos, sino que en sus minutos en cancha no ha logrado marcar diferencia.
Frente a Japón, único partido que inició como titular, fue sustituido sin mayor impacto. En los otros encuentros, contra Dinamarca y Congo, su presencia pasó desapercibida. Lo más preocupante llegó en el último duelo de fase de grupos, donde Carrillo fue expulsado por agredir a un rival con un puñetazo, sin que el balón estuviera en disputa.
La acción contra Philippe Ndinga fue grave. Un error que pone en entredicho su madurez en momentos clave. Esta expulsión podría marcar un antes y un después en su proceso formativo, tanto para la Selección Mexicana como para su club, el Feyenoord.
A sus 19 años, Carrillo aún tiene margen de mejora. El propio entorno técnico del Feyenoord, junto con Eduardo Arce, su entrenador en la Sub-20 mexicana, deberán trabajar con él para reconducir su carrera. Es una etapa formativa en la que los errores deben convertirse en aprendizaje.
Aunque su Mundial 2026 parece lejano tras este tropiezo, aún tiene una oportunidad de redención en el partido por el tercer lugar del torneo. Pero más allá de lo inmediato, lo importante será su capacidad para madurar dentro y fuera del campo.
#StéphanoCarrillo #SelecciónMexicana #TorneoRevello #Feyenoord #FútbolJuvenil