Una investigación realizada en Estados Unidos encontró que la exposición a partículas contaminantes del aire puede agravar la enfermedad de Alzheimer. El estudio analizó más de 600 autopsias de adultos mayores entre 1999 y 2022, detectando que quienes estuvieron expuestos a partículas finas menores a 2.5 μm (PM2.5) presentaban mayor probabilidad de cambios neuropatológicos.
Edward Lee, médico de la Universidad de Pensilvania, explicó que el impacto negativo de la contaminación se refleja en la función cognitiva y en el desarrollo de procesos neurodegenerativos como el Alzheimer. Aunque el estudio se centró en esta enfermedad, los investigadores señalaron que la contaminación también puede influir en otros padecimientos cerebrovasculares.
Los resultados se suman a investigaciones previas que relacionan la calidad del aire con distintos tipos de demencia y que posicionan la contaminación como un factor de riesgo global modificable.
En el caso de jóvenes y adolescentes, la exposición a contaminantes ambientales como PM2.5, ozono y monóxido de carbono se ha vinculado con un mayor riesgo de depresión, ansiedad y psicosis. Los especialistas advierten que este grupo es especialmente vulnerable, ya que el cerebro y el sistema nervioso aún están en desarrollo.
Los expertos coinciden en que es necesario ampliar los estudios para comprender los mecanismos que explican la relación entre contaminación ambiental, deterioro cognitivo y salud mental.
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